La producción de vino en la provincia de Buenos Aires-impensada tal vez
hace muchísimos años atrás- se consolidó con el correr del tiempo y también se
expandió de la región sudoeste hacia otras zonas del territorio bonaerense.
En la actualidad el número de bodegas asciende a 8 y además de abocarse
a la elaboración de ese elixir de la vid también proponen diversas actividades
turísticas: visitas guiadas, catas dirigidas, degustaciones, charlas técnicas,
gastronomía temática con maridaje y productos cosméticos, indicaron desde la
Subsecretaría de Turismo del Ministerio de Producción.
A partir de la implementación del Programa Rutas Gourmet (2011) se toma
al vino como un producto turístico y luego como resultante del trabajo conjunto
entre emprendedores y autoridades tanto
municipales como provinciales se conforma la Ruta del Vino.
Las bodegas “Saldungaray” y “Cerro Colorado”, ambas del partido de
Tornquist, y “Al Este” del municipio de Villarino fueron las primeras en
integrar ese corredor gastronómico luego se sumaron “Cordón Blanco” (Tandil),
“Ital Malal” (Saavedra), “Costa y Pampa” (General Pueyrredón); “Myl Colores”
(Coronel Pringles) y “Vinos Uribelarrea” (Cañuelas).
Esos establecimientos elaboran vinos de diferentes cepas: Malbec,
Rosé Extra Brut método tradicional, Tannat, Cabernet Sauvignon Blanc, Pinot
Noir, Merlot, Syrah, Petit Verdot, Tempranillo, Chardonnay y Sauvignon
Blanc, Cabernet franc, y Semillo.
Una bodega a pocos
kilómetros de capital
Horacio Spinazzola, productor de “Vinos Uribelarrea” afirmó: “Tener el
viñedo más cerca de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) nos abre la
posibilidad a pensar en el turismo” ya que su finca “Don Atilio” está ubicado a
tan sólo 63 kilómetros de CABA y a 82 de la capital provincial, La Plata.
Este hombre de familia italiana
relató cómo surgió la idea: “En el año 1996 se derogó la ley que prohibía el
cultivo de la vid de vinificar en la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos, y
dije: ‘Bueno, nos vamos acercando al tiempo de tener el viñedo’, y después no
inventé mucho, extrapolé el proyecto uruguayo, estamos a la misma latitud que
Canelones, zona donde anda bien el Tanat, el Syrah y el Merlot".
En diciembre de 2017 finca “Don Atilio” abrió sus puertas a los turistas
a quienes ofrece durante sábado, domingo y feriados una recorrida por los
viñedos; luego por el proceso de elaboración en la bodega y finalmente una
degustación de vinos con una picada, todo por un valor de 300 pesos por persona.
Los grupos son de 15 a 18 integrantes en dos turnos a las 11 y a las 16, cada
visita tiene una duración de dos horas aproximadamente.
Además Spinazzola adelantó que el 23 de junio celebrarán la festividad
de San Pedro y San Juan con la quema de las zarzas de los viñedos que se
podaron el año pasado para tener “una buena temporada”.
Vinos del Sudoeste
La bodega Saldungaray (Tornquist) nació como idea en el año 2000 al
observar las condiciones climáticas de las zona, “en 2003 se cultivó, en 2007
tuvimos la primera cosecha y en 2008 los primeros vinos a la venta”, recordó Manuela
Parra, una de las integrantes de esa empresa, quien luego añadió que la
serranía de Ventania tiene un microclima: humedad baja, 500 milímetros anuales
de lluvia y gran amplitud térmica que favorece la producción de un buen vino.
En esa línea, explicó que en términos generales un vino agradable al
paladar debe tener “buen cuerpo y buqué,
una complejidad de aromas”.
Parra destacó que si bien cada cepa tiene sus características el clima
serrano le otorga ciertas notas que hacen a la identidad propia del terruño.
Por otra parte, indicó que la bodega es un proyecto enoturístico ya que
los visitantes pueden recorrerla, realizar degustaciones y también obtener
productos de vinoterapia conocidos por sus cualidades antioxidantes.
Más allá de la diversidad de cepas que existen en la producción de esta
bebida en la provincia de Buenos Aires cada región aporta su propio aroma y
sabor que hace único a cada vino.