En este sentido, la Feria del Libro recibió una alta concurrencia de público ávido por este encuentro entre lectores, escritores, libreros y editores.
Esta decimocuarta edición estuvo organizada en cuatro espacios, el pabellón Peregrina Zárate, con múltiples escenarios; el Espacio Bicentenario; el Salón Infantil y el Patio de Sabores, donde se ofrecieron más de 100 actividades entre charlas, conferencias, presentaciones, ciclos, talleres, muestras y espectáculos, abarcando diversos géneros y propuestas transdisciplinarias para todas las edades.
Otro de los atractivos de la feria fueron las experiencias vinculadas a la tecnologÃa, como los cuentos interactivos, los lentes de realidad virtual y el innovador sistema de sonido no invasivo. De esta forma los lectores y lectoras pudieron dialogar con la tecnologÃa;
abordando las letras desde la interdisciplinariedad y acercando el lenguaje digital a todos los públicos.
Por su parte, El Ponchito volvió con creces e hizo brillar el escenario “Humberto Jeréz” en el salón mayor del Predio Ferial Catamarca, por donde pasaron a lo largo de las cinco jornadas 2.981 niños y niñas de toda Catamarca.
La quinta y última jornada de espectáculos tuvo en el escenario a unos quinientos cincuenta niños en veintiséis presentaciones, que llegaron desde distintos lugares de Catamarca. Asà estuvieron representados Los Altos, Quiroz, Tinogasta, La Puerta, San Antonio, Icaño, La Paz, Fray Mamerto Esquiú, Alijilán, Aconquija, San Fernando del Valle de Catamarca, Capayán, Tapso y Belén. Y, como extra, el final fue de Sergio Galleguillo, quien desató una fiesta chayera en homenaje a las madres.
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